Diseño sin título-4

¿TU MEDICACIÓN VA EN UN PARCHE?

Si sigues aquí después de leer el título, probablemente tengas prescrito algún parche transdérmico ya sea para la angina de pecho, el tratamiento del dolor, como anticonceptivo, para la deshabituación tabáquica, o quizás, en algún familiar para el tratamiento del Alzheimer o el Parkinson. En cualquiera de los casos anteriores, esta entrada intentará daros unas recomendaciones generales sobre el uso de los parches y su funcionamiento.

En primer lugar debemos tener claro que los parches transdérmicos son dispositivos adhesivos que, una vez adheridos a la piel, permiten que el fármaco atraviese las diferentes capas hasta llegar a la sangre. Esta liberación se produce de manera continua y a lo largo de una serie de horas. Esto conlleva, como principal ventaja, un mayor cumplimiento de la posología puesto que reducen la frecuencia de tomas. Por el contrario, como inconveniente, los parches pueden causar reacciones alérgicas en la zona de aplicación. Aun con esa desventaja, si seguimos las siguientes recomendaciones, los parches transdérmicos pueden ser un magnífico aliado para la calidad de vida del usuario.

Independientemente de las recomendaciones generales que veremos a continuación, debéis siempre leer el prospecto de vuestros parches, por si presentaran alguna particularidad extra. Es recomendable además que preguntéis en la farmacia durante la dispensación, ellos estarán encantados de explicarlo al dedillo.  En primer lugar, las zonas más recomendables para aplicar el parche son la parte exterior del brazo y la superior del tronco. No debemos fijarlo encima de cicatrices, irritaciones, quemaduras o en zonas de pliegues y articulaciones. Por último, con respecto a la zona de fijación, evitad lo máximo posible el vello corporal y aseguraos de que esté limpia y seca. 

Siempre es conveniente establecer una rutina de horarios en lo que respecta a la aplicación del parche para prevenir posibles olvidos, pero si aun así esto pasara, solo debemos continuar con la rutina y pasar al siguiente. A la hora de manipular el parche siempre debemos lavarnos las manos y tener cuidado de no dañarlo (doblarlo, rasgarlo, cortarlo, etc…), porque podría modificar la liberación del medicamento que lleva en su interior. Finalmente, solo debemos fijarlo a la piel ejerciendo una ligera presión con la manos durante unos segundos para facilitar su adhesión y listo.

Para prevenir las posibles reacciones alérgicas que comentamos anteriormente, debemos ir rotando entre distintas zonas de la piel a lo largo del tratamiento, pero si aun así persistieran, debemos retirarlo y consultar a nuestro medico.

GetFichero.do                                                                                                                   Por último recordaros que, como cualquier medicamento, debéis desecharlo en el punto SIGRE de cualquier farmacia, y si tenéis cualquier consulta, no dudéis en preguntar a un profesional sanitario, ya sea del ámbito hospitalario o la farmacia. 

Un saludo a todos y #NOSALGAISSINMASCARILLA

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *